Primera victoria internacional en monoplazas. Entre homenajes que se vienen y el repaso a un hito memorable del deporte.
por Oscar Filippi
Junto a Oscar “Cacho” Fangio (su hijo), caminábamos por lo que fue el sector de largada de aquella carrera que, un domingo 27 de febrero de 1949 cambiaría la historia del automovilismo argentino y mundial para siempre. Nos encontrábamos sobre el Boulevard Marítimo Peralta Ramos en su intersección con la calle General Rivas. Nos detuvimos frente a las dos placas ya instaladas, una por la Municipalidad de General Pueyrredón y otra por la Fundación y Museo del Automóvil Juan Manuel Fangio que, recuerdan los 40 y 60 años de aquella misma hazaña.
Nos acompañaba el actual concejal, Marcelo Carrara, quien con el Presidente del Concejo Deliberante, Guillermo Saenz Saralegui, coordinan los detalles de un tributo que se ha de realizar por cumplirse los 70 años de aquel memorable triunfo.
En homenaje
El próximo domingo 3 de marzo, Oscar “Cacho” Fangio, la Fundación Juan Manuel Fangio y un grupo de amigos, quieren rendir tributo a aquella jornada que, en lo deportivo y en un lapso de apenas nueve años, traería al país, nada menos que cinco (5) Campeonatos Mundiales de Fórmula Uno de manos de su protagonista, Don Juan Manuel Fangio.
Ese día, desde las 9 y hasta las 11 se realizará una concentración de automóviles especiales, de época, deportivos y multimarcas que, desfilarán transitando parte de aquel hermoso trazado marplatense que mantiene intacta su belleza natural y fuera el escenario de aquella hazaña automovilística.
Los actos no terminarán allí, está previsto construir un busto de Juan Manuel Fangio que será colocado en ese mismo lugar. El mismo será emplazado e inaugurado durante el presente año dado que también se cumple el 50 aniversario de la “Misión Argentina a Nürburgring”, una participación internacional de nuestra Industria Nacional Automovilística, que tuvo a Don Juan Manuel Fangio, como su mentor y Director Deportivo.
De la restauración de las placas existentes y de la instalación del busto de Don Juan Manuel Fangio, trabaja y asesora la Directora de Restauración de Monumentos, Costanza Addiechi. Sucede que ese lugar es el de su primer gran triunfo sobre autos “monoplazas” y donde ganara por primera vez a las grandes figuras europeas que nos visitaban con sus propios autos desde la temporada de 1947. Y gracias a las hazañas de Fangio, Mar del Plata es parte también, de la historia grande de la Fórmula Uno, desde 1950.
Aquellas “temporadas Internacionales”
Las llamadas “Temporadas Internacionales” comenzaron en el año de 1947. Argentina había salido de la Segunda Guerra Mundial con un enorme potencial económico. El Automóvil Club Argentino comenzó a organizar una serie de carreras de Gran Premio con participación internacional, buscando la promoción internacional de nuestros pilotos y de la industria de mecánica nacional. Al principio no teníamos autódromos, se corría en circuitos callejeros como, Retiro o Palermo en Buenos Aires, el Torreón del Monje y Playa Grande en Mar del Plata o el Parque de la Independencia en Rosario. Muy peligrosos por los postes y los cordones a los costados, improvisándose defensas con fardos de pasto.
Villoresi, Ascari, Varzi, Farina y Jean Pierre Wimille, entro otros, empezaron a visitarnos para las “Temporadas Internacionales” y en 1948 con un SIMCA Gordini, Wimille triunfó en Rosario, con un Alfa Romeo llegó segundo en Mar del Plata. Y no solo por sus condiciones de piloto caló hondo en el corazón de nuestra gente, de vuelta a Europa, de esa temporada de 1948, Wimille hizo correr la voz, “- En Argentina hay un piloto que el día que tenga un auto acorde va a dar que hablar…” dejó sentado al referirse a un piloto de Balcarce, un tal Juan Manuel Fangio. Sin dudas, ese comentario le abrió las puertas a nuestro recordado “Chueco” Fangio, a la casa del “Cuadrifoglio”, Alfa Romeo.
Esos pilotos se entreveraban con los nuestros, dado que se había dispuesto un reglamento de “Fórmula Libre” en el que se podía correr con los autos que se conseguía en Europa y los autos que había acá, en el país. Así se mezclaban los “Pura Sangre” de carreras, como Maserati, Alfa Romeo, la recién aparecida Ferrari, con nuestros autos de “Mecánica Nacional” que, en buenas manos, les daban carrera. Allí empezaron a medirse los nuestros con los europeos, así los Gálvez, Fangio, Campos, Bizio, Malusardi, Pesatti, Fortunati Firpo, entre otros, tuvieron la oportunidad de competir con los del otro lado del Océano. De Brasil, llegaba el gran Chico Landi y desde el Uruguay, lo hacía Eitel Cantoní.
Aquel triunfo de 1949
Un gran referente periodístico de aquellos años era Don Alfredo Parga. Otro, sin dudas, de la misma generación, era Germán Sopeña, quien le hizo en 1989 una gran nota a Juan Manuel Fangio, respecto de éste primer triunfo. Y escribió: “¿Qué hace de Juan Manuel Fangio un hombre fuera de lo común? Aunque suene paradójico, un formidable sentido común. Se diría que posee esa cualidad en sentido superlativo. Que le sirvió tanto para ganar cinco campeonatos mundiales de Fórmula Uno como para impresionar a cualquier interlocutor por la precisión y justeza de sus palabras.”
Hace exactamente 40 años -El 27 de febrero de 1949- su carrera deportiva dio el salto mayor. Ese día ganó en Mar del Plata frente a Ascari, Villoresi, Farina y todos los grandes del automovilismo europeo. Pero lo hizo con la naturalidad de quien esperaba ese momento totalmente seguro de sí mismo. Ese mismo año ’49 fue elegido por el Automóvil Club Argentino para correr en Europa, ganó cuatro grandes premios consecutivos -San Remo, Pau, Persignan y Marsella- agregando luego Monza y Albi, provocando uno de los mayores impactos que se recuerden en el deporte argentino. En pocos años más, como dominador absoluto de la Fórmula 1, en cualquier auto que condujera, Fangio se convirtió en un símbolo mundial de la maestría al volante. Se transformó también en uno de los argentinos más célebres del siglo.”
Continúa Germán Sopeña con esta pregunta: “- Con su triunfo en el circuito de Mar del Plata frente a los mejores pilotos europeos, se inició una trayectoria internacional insuperable ¿Fue una sorpresa para usted ganarle ese día de 1949 a los grandes del automovilismo mundial?
A lo que Juan Manuel Fangio le respondió: “- La verdad es que yo no creía que podía ganar. Pero había hecho el mejor tiempo en las pruebas de clasificación, igualado por Villoresi y sabía muy bien cómo largaba la carrera don “Pancho” Borgonovo. En aquel tiempo no se largaba con luz verde, sino que un largador, bajaba la bandera para dar la orden, Borgonovo ponía la mano en alto y en los últimos cinco segundos iba contando con los dedos. Cuando ya estaba por bajar el último dedo, yo me dije: largo ya, para llegar primero a la curva del cabo Corrientes. Yo sabía que en la zona del mixto no se podía pasar y que lo importante era estar adelante. Largué en punta y al cabo de varias vueltas, me di cuenta de que también podía quedarme con la carrera si no se rompía el auto. Cuando faltaban unas quince vueltas para terminar tuve una preocupación, porque se me rompió el caño de escape, que quedó colgando. Para evitar que se trabara y rompiera algo abajo del auto, logré desprenderlo con la mano -en marcha- y gané. Eso sí, me quedé sordo por un mes, por el ruido del motor sin el caño de escape.”
Esa “Temporada Internacional”, pese al resonante triunfo de Juan Manuel Fangio en ese día, había comenzado triste. Sucede que casi un mes antes, probando su SIMCA Gordini, en el circuito callejero de Palermo, Jean Pierre Wimille, el hombre que había competido contra Fangio y visto sus cualidades, se mataba en un accidente.
La carrera de Mar del Plata no sería menos trágica. Los ensayos ese día se vistieron de luto cuando pereció Adriano Malusardi mientras practicaba con un Alfa Romeo 3200. Adriano había decidido dejar la nueva Maserati 4CLT que estaba manejando esa temporada y retornaba a su viejo y conocido Alfa 3100.
Luego de un trágico vuelco, el auto se incendia y las llamas lo atrapan. El piloto uruguayo Eitel Cantoní, también sufrió un accidente en el que un espectador perdió la vida, justo frente al ex hotel Hurlingham, pero afortunadamente, él resultó ileso.
Ese día Mar del Plata fue desbordada, más de 300 mil espectadores de los cuales, 30 mil eran de la vecina ciudad de Balcarce.